Antes de comenzar el voluntariado no tenía mucha idea de qué iba a encontrar en Ghana, pero sin ninguna duda la realidad sobrepasó mis expectativas.
La gente, la naturaleza, la alegría y hospitalidad del ambiente y lo diferente hacen que el tiempo pase volando, y sin que te des cuenta estás totalmente enamorada del país y de su gente.
Pensaba que no podría aportar mucho a la comunidad, pero una vez allí descubrí que es verdad eso que dicen de que cada granito de arena cuenta en la playa, y que cada gesto y acción tiene una gran repercusión.
El tiempo que pasé en Ghana y el hecho de conocer nuevas realidades hizo que cambiase mi perspectiva con la que afrontar el día a día; por lo que le estoy muy agradecida, tanto a los organizadores locales, como a los niños y niñas de la escuela, y a toda la gente que tuve el placer de conocer.
MEDASE PA GHANA.
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