Después de 5 viajes a Ghana en los últimos 8 años puedo decir que amo este país. Son visitas regulares a proyectos sociales, en Tema, Ada Foah, Koforidua, Accra, Aburi y Kumasi.
Un país basado en un sistema de explotación de transnacionales, importaciones y grandes desigualdades, hace que las personas vivan al día, cometan errores y se equivoquen. Niñas que buscan un mejor futuro y viajan de zonas rurales del norte para ser explotadas como burros de carga en los mercados de la capital, como trabajadoras sexuales o acaban adictas a las drogas. Niños que se juegan la vida en los cayucos pesqueros, lanzados al agua con las redes por su habilidad y pequeño tamaño, muchos no viven para contarlo. Familias en aldeas que no tienen acceso a agua potable y se lamentan de la muerte de familiares...
Lo que más disfruto es la conexión con líderes inigualables, que dedican su vida a servir a los demás por encima de la búsqueda de comodidad.
- El primero que quiero mencionar es Wisdom, mi hermano Ghanés, con el que trabajo desde hace 7 años para generar impacto. Lo conocí liderando un orfanato y una escuela de educación primaria, apoyando en comunidades rurales y dejándose el alma. Comenzamos a diseñar juntos experiencias de voluntariado internacional, para elevar la conciencia de las personas y construir un mundo más humano.
Wisdom vive en una habitación de estudiantes más pequeña que un garaje, comparte aseo y ducha con otros residentes y come una o dos veces al día normalmente. Hoy estamos construyendo juntos una escuela de educación primaria en una zona rural, para ofrecer educación de calidad a jóvenes de la comunidad. Admiro su sencillez y humildad, también su forma de vida y compromiso con los demás. Tiene una gran sonrisa y carisma, que no deja indiferente a quién lo visita.
- Estuve también con Louis Wonder en esta ocasión, aprendo tanto de cada conversación que incluso nos coge la noche cuando nos sentamos. Es un niño de la calle que logró salir adelante. Esta totalmente comprometido con los jóvenes de James Town, una zona de pobreza extrema donde se pierden generaciones enteras. Dedica todo su esfuerzo a recaudar fondos para mantener los proyectos. También aprendió a no mezclar las donaciones con su vida personal. Genera ingresos como músico y así se sostiene, también hace negocios para diversificar y no depender de donaciones externas nada más, alquilando por ejemplo un equipo de sonido a personas de la comunidad.
Cuando lo visité estaba viviendo en un cuarto de la escuela, pasando la noche en el altillo donde no podía ni ponerse de pie y durmiendo en una tumbona sin almacenar grandes cosas. Rodeado de instrumentos musicales, tambores ancestrales y cariño de sus chicos (“my boys”), admirable.
- Por último pude visitar a Seidu, socio de mi amigo Ousman en Nasco, joven empresario y comprometido con el cambio. Su estilo es diferente, pero no dejó de sorprenderme. Vivía con ciertas comodidades a diferencia de otros líderes sociales, pero me sorprendió su capacidad de emprender, gestionar personas y recursos para brindar oportunidades a los suyos. Creo que lo más importante es vivir vidas con propósito y solo el nombre de su compañía “Global Sucess Minds” es toda una declaración de intenciones, sin objeciones.
Desde Nasco están instalando laboratorios con ordenadores en espacios comunitarios para que los niños puedan utilizarlos. También están dando charlas en las escuelas para que los jóvenes no se jueguen la vida queriendo ir a Europa y paguen a las mafías, que los explotan. Acaban de aliarse con Proactiva Open Arms, una organización que admiro y que salva vidas de hermanos africanos que están siendo abandonados en el Mediterráneo. Juntos trabajarán para tratar de prevenir en tierra antes de que sea tarde en mar abierta.
Tres personas y tres historias, una fuente de inspiración necesaria para cambiar la mentalidad de los jóvenes y volverla más humanitaria, contagiando valores, formas de vida y relaciones. Promoviendo el trabajo comunitario, la ayuda al prójimo y el esfuerzo diario, transmitiendo la fe y esperanza en un mundo mejor, compartiendo herramientas para convertirlos en agentes de cambio. Esta es la misión de Hola Ghana, más grande que yo.
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