Esta experiencia en Ghana, increíble en todos los sentidos, no ha podido salir de mejor manera. Desde que decidimos finalmente comenzar con la aventura, desde que empezamos a preparar el viaje, sabíamos que esta experiencia no nos iba a dejar indiferente a ninguno. Fuimos con la idea de enseñar, y volvimos siendo nosotros los que aprendimos.
A pesar de que alguno de nosotros podría contar con algún voluntariado internacional a sus espaldas, las expectativas eran máximas por lo que nos iba a deparar esta experiencia. Y así fue. Nada salió mal. Todo como lo esperábamos incluso mejor. Sin lugar a dudas, un punto de inflexión para las decisiones que tengamos que tomar de aquí a no muchos años.
Desde el momento de llegar a Ghana, nos dimos cuenta que ese país y ese continente son especiales. Sobre todo, la calidad humana de su gente. Un país, tan rico y tan pobre al mismo tiempo. Imposible que le dejase a alguno de nosotros indiferente. Solamente el conocer el país, su situación y su gente, hace que te plantees muchísimas cosas sobre el funcionamiento del mundo, y como los humanos hemos podido llegar hasta tal punto.
Desde el primer momento nos pusimos manos a la obra: limpiar el orfanato, arreglar todas las ventanas, pintarlo, cuando podíamos dar clases en el colegio, acondicionar el HOSTEL, jugar a futbol con los jóvenes, ayudar a las aldeas… En todo momento hicimos lo que realmente habíamos ido a hacer. Todos nosotros disfrutamos muchísimo ayudando con el proyecto. La sensación de hacer algo por y para los demás es espectacular. Si alguno la ha vivido, sabe de lo que hablamos.
La experiencia nos ha dejado momentos muy bonitos: las visitas a las aldeas, conocer alguno de los barrios mas pobres de Accra, todos los partidos de fútbol con los chavales, colaborar con los diferentes proyectos, dar clases en el colegio, reformar el HOSTEL, alguna escapada turística… Estas son las vivencias que han dado de alguna manera sentido a la experiencia.
El comportamiento de la ONG, la actitud del responsable del orfanato y colegio y conocer las aldeas mas alejadas de primera mano, han hecho que la experiencia haya sido perfecta y que nos llevemos todos nosotros una parte de Ghana a nuestra casa. Saber que el trabajo allí realizado va a servir para dar continuidad a los diferentes proyectos en una de las mejores sensaciones que tenemos. Y lo mejor de todo, la cantidad de sonrisas que pudimos sacar en el mes que allí estuvimos. Creo que posiblemente, esta sea la mayor de las recompensas para nosotros.
Y ahora es cuando, una vez metidos en la rutina, inmersos en nuestro día a día, valoramos diez veces mas lo que allí hicimos, lo que allí ayudamos, lo que allí vivimos y lo que allí aprendimos. Nuestra experiencia en Ghana no nos ha cambiado la vida, pero si la manera de ver la vida. Y tal y como he dicho antes, punto de inflexión en nuestras toma de decisiones diarias.
Agradecer a Hola Ghana como organización, a Oscar, a Wisdom y a todas las personas que desde el principio mediante su ayuda, han hecho posible que pudiéramos vivir esta experiencia. Sin lugar a dudas, con lo que mas nos quedamos de esta experiencia son las personas. Aquellas personas que hemos conocido y de las que tanto hemos aprendido desde que iniciamos la aventura hasta llegar a Bilbao. Si algo nos propusimos desde un principio, era aprender algo de cada una de las personas que conociéramos en esta aventura.
Medasse, gracias, eskerrik asko.
Mikel, Beñat, Sergio, Dani y Xabier